martes, 5 de mayo de 2009

La Carta Bryan Madrigal

Soy Bryan Madrigal, tengo trece años, estoy cursando mi primer año de colegio, vivo solo con mi papá, porque mi mamá murió cuando yo nací, no tengo hermanos y mi papá nunca me ha dejado conocer a mis familiares. Decidí escribir esta carta para contarles mi historia y hacer conciencia entre la gente que pueda leerla.

Desde que soy pequeño he recibió el maltrato de mi padre, él siempre me ha ignorado y diariamente me reclama que soy un hijo no deseado en su vida, siempre me dice que yo fui un error que le termino arruinado la vida a él y siempre me ha culpado de la muerte de mi mamá, creo que esas cosas me han llegado a formar un gran trauma, por lo cual en este momento soy un chico poco sociable y muy desinteresado de lo que sucede a mi alrededor.

Todo este odio y desprecio de mi padre hacia mí, comenzó desde que nací, ya que mientras que mi mamá estaba dándome a luz, sufrió un ataque cardiaco, el cual termino con su vida. Mi papá no pudo soportar su perdida y comenzó a tomar sin control, hasta el punto que perdió su trabajo y se volvió un alcohólico.

Me acuerdo que cuando tenía apenas cuatro años, mi papá me dejaba solo en la casa hasta altas horas de la noche y siempre que llegaba a la casa, me encontraba dormido en la alfombra de la sala, entonces él me pateaba fuertemente para que me levantara y me fuera a dormir a mi cama, pero en cuanto me despertaba con el golpe que él me daba, me levantaba y corría hacia él para abrazarlo, pero en eso momentos él solo me alejaba de su lado con un golpe y me decía que no lo tocara, porque yo había sido el causante de todo su sufrimiento, luego me gritaba que me largara a mi cama y lo dejara de molestar; yo siempre me iba muy triste a la cama, sintiendo un gran dolor, no por los golpes que me daba, sino por las innumerables ocasiones en que el me rechazaba.

Muchas veces me iba a la cama sin probar un solo bocado, ya que él no me hacía de comer, gracias a Dios que una vecina que conocía mi situación, me daba comida a escondidas de mi papá, gracias a ella no he muerto de hambre.

Otra de las cosas que me acuerdo es cuando tenía cinco años, un día estaba jugando dentro de la casa con una bola que me había prestado un vecino. Cuando me encontraba jugando con ella, tuve un accidente y rompí un adorno de la sala, que era de mi mamá y en cuanto mi papá se dio cuenta de lo que había hecho, me dio la mayor paliza que pudo, dejando los ojos morados e incontables moretones en todo el cuerpo. Los vecinos trataban de hablar con él para que no me tratara de esa forma, ya que solo era un niño de cinco años y realmente no sabía que es lo que hacía, pero él solo se enojaba y los dejaba hablando solos, claro cuando llegaba a la casa, me pegaba para desquitarse de las cosas que le decían los vecinos, así era por lo menos cuatro veces por semana.

Cuando fui creciendo, las cosas comenzaron a empeorar, él cada día estaba tomando más y cada vez que llegaba a la casa me golpeaba sin ninguna razón, solo para desahogar su frustración, llegando al punto que varias veces fui a dar al hospital. A los siete años me quebró un brazo, a los ocho años me dejo inconsciente y con dos costillas rotas, a los nueve años me quebró otro brazo y a los diez años, cuando comencé a entender un poco mejor las cosas, empecé a buscar formas para protegerme, cada vez que lo escuchaba llegar, corría a esconderme donde no pudiera encontrarme, mas de una vez me salve de sus golpizas sin razón, pero muchas veces me encontró y me golpeo hasta el cansancio.

Desde el año pasado he tenido un poco más de suerte, porque conocí a varios amigos, los cuales me dejaban quedarme a dormir en sus casas, eso hacía que cada vez viera menos a mi papá y podía evitar que me golpeara cuando llegaba borracho. Pero las cosas no eran tan fáciles, llegaba el momento en que las mamás de mis amigos se cansaban de verme tanto en sus casas o de que tener mentirle a mi papá, cuando llegaba borracho a sus puertas, preguntando de muy mala manera que si yo estaba ahí. A pesar de que ellas conocían mi situación, terminaban cansando de mi y le prohibían a sus hijos que se juntaran conmigo, para evitarse problemas con mi papá. Eso me fue dejando solo cada vez más y la verdad es que en este momento no tengo ni un solo amigo.

Me costó mucho sacar la escuela, porque después de sacar el cuarto año, mi papá decidió que ya estaba lo suficientemente grande, como para estar estudiando y me prohibió que regresara. Por suerte la directora de la escuela a la que asistía, le hizo una visita a mi papá, amenazando que si no me permitía regresar a la escuela, lo iba a demandar ante el patronato de la infancia y no solo le iban a quitar mi tutela, sino que ella también se iba a encargar de que lo metieran a la cárcel, por violencia contra un menor. Mi papá sabia que ella podía conseguir lo que le decía y no quiso arriesgarse a que le metieran a la cárcel, entonces decidió seguir mandándome a la escuela, claro que ese mismo día que la directora le hizo la visita, me dio una gran paliza, para desquitarse el disgusto que le había hecho pasar al directora.

Durante la mayor parte del año pasado, después de haber perdido a todos mis amigos, decidí quedarme vagando hasta tarde por la calles de mi barrio, para poder llegar a mi casa cuando mi papá ya estuviera dormido. Pero una noche, como a la media noche, me encontraba de regreso a mi casa, cuando de pronto me tope a un vagabundo, el cual me siguió unas cuantas cuadras de cerca y cuando me descuide por un minuto me agarro del brazo y me llevo a la fuerza a un callejón cercano, donde me golpeo varias veces y luego me violo.

Cuando llegue a mi casa al día siguiente y le conté a mi papá lo que había sucedido, me golpeo fuertemente, diciéndome que me había convertido en un maldito gay, me decía que además de haber ocasionado la muerte de mamá y haberle arruinado su vida, también lo había deshonrado teniendo relaciones con hombres. Ese día intente convencerlo varias veces mientras que me golpeaba, que lo que me habían hecho, no había sido porque yo lo quisiera, sino porque habían abusado de mi, pero él no entendía razones y en lo único que pensaba era como golpearme cada vez más fuerte. Desde ese día comencé a desconfiar de toda la gente que me rodea, porque temo que me vaya a suceder lo mismo.

Nunca e conté a nadie lo que me paso, porque la verdad me daba mucha vergüenza y sentía que si la gente se llegaba a enterar de eso, solo se burlarían de mí y me tratarían como si fuera un homosexual.

Cuando llego mi graduación de sexto año, decidí no asistir, la verdad es que ya no quería relacionarme con ninguno de mis compañeros, ya que se habían vuelto muy crueles conmigo y siempre me decían que yo era un bastardo sin futuro, que nunca iba a llegar a ser nadie en la vida; eso me dolía demasiado, me hacía sentir como si yo no valiera nada en esta vida.

Esas cosas que mis compañeros me decían y sobretodo el maltrato verbal y físico de mi papá, me iban llevando a hundirme en un hueco profundo, lleno de soledad, angustia y dolor, del cual sentía que no podía salir, sentía un dolor tan grande que me producía los deseos de que mi papá me matara en una de las tantas golpizas que me daba, pero para mi desgracia, nunca eran tan grandes como para matarme.

En los primeros días de diciembre del año pasado, vi un programa en la revisión que se llamaba “Justicia en la ciudad”, el programa se tenía varias historias sobre chicos como yo que sufrían abusos de sus padres y los agentes que salían en el programa, los ayudaban a seguir adelante, eso me hizo tener una gran pasión por ayudar a los niños que sufrían maltrato y me hizo entender que si quería llegar a ser como uno de esos agentes, tenía que estudiar mucho y no rendirme en la vida, eso me ayudo para comenzar el colegio y tener una actitud diferente. Yo pensaba que este año que iba a comenzar el colegio, iba a conocer gente nueva a los cuales podría llamar amigos, pero las cosas no salieron como pensaba, porque desde que empezó el año y los chicos del colegio se comenzaron a enterar que mi papá era un alcohólico que no tenía trabajo y que además era un golpeador compulsivo, prefirieron despreciarme y mantenerse alejados de mi, para evitarse problemas con sus papás y con él mío, eso fue ocasionando que continuara solo y me olvidara de mi sueño de triunfar en la vida.

A medio año del curso, unos chicos de noveno se comenzaron a acercar a mí, yo pensaba que era algo bueno, hasta que ellos comenzaron a llevarme por un mal camino, en el cual me alentaban a escaparme del colegio, a fumar, a tomar, a consumir drogas y a robar, las cuales me perjudicaban mucho, pero la verdad las hacia porque me sentía muy solo y ellos eran los únicos que se acercaban a mí.

Al cabo de unos meses, Brandon, uno de esos chicos, me llevo a su casa. Cuando llegamos a su casa no había nadie, entonces él me propuso que abriéramos una botella d whisky, de las que tenía su papá en la casa, a mi me pareció bien y él me aseguro que nadie llegaría temprano a su casa, entonces comenzamos a tomar, hasta que nos bajamos toda la botella, estábamos muy borrachos, pero la verdad es que Brandon, estaba más borracho que yo, al rato de estar haciendo estupideces, él se me acerco por detrás y me agarro fuertemente, le pedí varias veces que me soltara y él no lo hacía, trate de soltarme por mis propias fuerzas, pero no podía hacerlo, porque él tenía más fuerza que yo, entonces de pronto me lanzo en la cama de su cuarto y se me subió encima, la pesadilla de hacia un año se volvía a repetir, ese día me volvieron a violar. Después de que él se quedo dormido por los efectos alcohol, salí corriendo de su casa y me fui a ocultar a un terreno baldío, donde llore por horas y pensé que iba a hacer al respecto de lo que me había vuelto a suceder.

Ya para la noche cuando era muy tarde, tome una gran decisión, no quería que las cosas se quedaran así, quería vengarme de lo que Brandon, me había hecho y decidí que la única forma en la que me iba a poder desquitar y evitar que le hiciera a alguien más lo que me hizo a mí, era matándolo y quitando a esa escoria de este mundo. Yo sabía que en mi casa mi papá tenía un arma, escondida en el fondo de su closet, entonces un día espere a que él saliera a tomar, entre a su cuarto y le robe la pistola y una caja de balas que estaba junto a ella, ambas guardadas en una caja de zapatos.

Por unos días practique mi puntería en un bosque y cuando al fin logro mejorar mi puntería, decidí citar a las once de la noche a Brandon, diciéndole que me había gustado lo que había pasado entre nosotros y que quería que se repitiera, le dije que había encontrado una bodega abandona cerca de mi casa, donde podríamos tener mucha privacidad; el muy cerdo acepto sin dudarlo y nos encontramos a las once de la noche en un callejón cerca de mi casa, de ahí lo lleve a la bodega abandonada que había encontrado hacía varios años y cuando estábamos adentro de ella y él estaba distraído sacando el licor de su bulto, me le acerque por detrás con la pistola en mi mano, le apunte a la cabeza y le dispare sin pensarlo, luego me cambie la ropa ensangrentada, por una ropa que había preparado antes y había dejado escondida en la bodega, guarde la ropa ensangrentada en una bolsa y verifique que nadie se acercara a la bodega y salí de la bodega cuidadosamente, para que nadie mi viera. Más tarde lleve la ropa ensangrentada al mismo bosque donde había estado practicando mi puntería y la queme para que no quedara ninguna evidencia, luego enterré el arma profundamente, para que nadie pudiera encontrarla y regrese a mi casa como si nada hubiera pasado. Cuando llegue a mi casa, encontré a mi papá en la sala, de nuevo estaba muy borracho y en cuanto me vio entrar a mi casa a altas horas de la noche, me dio una gran paliza, excusándose de que era muy tarde para que un chico de mi edad estuviera vagando en las calles.

Un par de días después encontraron el cuerpo de Brandon, en la bodega; los policías no encontraron pistas de quien lo puedo hacer y dedujeron por el licor y las drogas, que todo había sido un asalto en el cual le quitaron la vida.

Eso fue hace un mes y desde entonces no he podido dormir bien, la conciencia me atormenta todo el tiempo y ahora me arrepiento de lo que hice, ya no puedo vivir con todos estos remordimientos de lo que hice, además de eso agrego el dolor que siento con los rechazos, los golpes, las agresiones verbales y desprecios de mi papá, ya no puedo vivir así, siento que me estoy volviendo loco y hoy siete de octubre del dos mil ocho, tome la mayor decisión de mi vida, en esto momento debo estar desenterrando el arma con la que mate a Brandon, con el objetivo de pegarme un tiro en la cabeza y terminar con este sufrimiento, después de tantos años, al fin llegue a la conclusión de que mi vida no tiene ningún sentido, todo mi vida solo ha habido violencia en mi vida y eso me acorralo a tomar esta decisión, pero al mismo tiempo que entendí que si hubiese buscado ayuda con un profesor, con la policía o simplemente con alguna persona que me pudiera entender, talvez hubiese podido salvarme, pero en este momento ya es tarde para mi, ya sufrí lo suficiente por le violencia que hubo en mi vida, pero no es tarde para muchas personas que estén viviendo lo que yo vive, por esa razón decidí escribir esta carta y enviársela al director de mi colegio, al cual le pido que por favor lleve este carta a algún medio, para que la gente pueda hacer conciencia ella y entienda que si ellos conocen a alguien en mi situación, no lo ignoren, ni lo aparten de sus vidas, sino que traten de ayudarlo o denunciar lo que le está pasando, de esa manera podrán salvar a muchas personas que viven bajo la violencia. De verdad si todos ponen un granito de arena en esta situación, este mundo podría volverse un mundo mejor, sin violencia y sin dolor.

Bryan Madrigal, fue encontrado sin vida en el bosque, en el centro de varios árboles llenos de tiros, disparados de la misma arma con la que Bryan, se quito la vida, dándose un tiro en la cabeza, a su corta edad de trece años.

El director Pedro Esquivel, del colegio al que asistía, Bryan, recibió la carta en un sobre negro y después de leerla se arrepintió de no haber hecho nada con lo que le estaba pasando, desde ese momento el director Pedro Esquivel, decidió que nunca más volvería a pasar eso con ninguno de los chicos que asistieran a su colegio y cumplió la petición que Bryan, le solicito antes de quitarse la vida, la carta paso por varios medios de televisión, radio e incluso en muchos periódicos, dando a conocer la historia de Bryan y esperando que hiciera conciencia en la personas, para evitar que estas mismas cosas sucedan en otros hogares que sufren de violencia.

Bryan Madrigal, nació el 9 de marzo de 1995 y murió el siete de octubre del 2008.